¿Qué es el evangelio verdadero según la Biblia?


En tiempos donde abunda la confusión espiritual y los mensajes religiosos están por todas partes, es necesario hacer una pregunta crucial: ¿Qué es realmente el evangelio?. Esta palabra, tan usada y, a menudo, tan distorsionada, tiene un significado preciso en las Escrituras. Si erramos en entender el evangelio, erramos en todo. Pero si lo comprendemos y creemos conforme a la verdad de Dios, hallamos vida eterna.

El evangelio no es un mensaje centrado en el hombre

Vivimos en una época donde lo “evangélico” muchas veces se ha reducido a mensajes motivacionales o promesas de éxito terrenal. Algunos predican un evangelio de autoestima, otros un evangelio de prosperidad, y no faltan los que anuncian un evangelio de obras, donde el hombre debe “hacer su parte” para ser aceptado por Dios.

Pero todos estos enfoques tienen algo en común: ponen al hombre en el centro del mensaje, no a Dios. Sin embargo, la Biblia enseña lo contrario: el evangelio comienza con Dios, no con nosotros. Es Dios quien toma la iniciativa para salvar a pecadores, no porque lo merezcamos, sino porque Él es misericordioso. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó...” (Efesios 2:4).

El evangelio según Jesús: arrepentíos y creed

En Marcos 1:14-15, leemos las primeras palabras del ministerio público de Jesús: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” Aquí el evangelio se presenta como un anuncio de buenas noticias, pero también como un llamado urgente a la acción: arrepentimiento y fe. No es sólo información para analizar, sino verdad que demanda una respuesta radical.

Jesús predicó que el reino de Dios había llegado en su persona, y que todo aquel que quisiera entrar debía abandonar su pecado y confiar en Él. Este mensaje sigue siendo válido hoy. Cualquier evangelio que no incluya arrepentimiento y fe no es el evangelio de Jesucristo.

El evangelio según Pablo: Cristo murió por nuestros pecados

El apóstol Pablo definió el evangelio con claridad en 1 Corintios 15:1-4: “...que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.” Este pasaje nos muestra que el evangelio es un mensaje de hechos históricos, pero no cualquier clase de hechos, sino aquellos que tienen significado eterno: Cristo murió por nuestros pecados: no como un mártir, sino como un sustituto. Fue sepultado: su muerte fue real y completa. Resucitó: Dios aceptó su sacrificio y venció a la muerte.

Este es el núcleo del evangelio: la obra redentora de Cristo a favor de pecadores culpables. No es un mensaje de autoayuda ni una invitación a “invitar a Jesús a tu corazón”, sino la proclamación de lo que Dios ha hecho en Cristo para reconciliarnos con Él.

Los elementos esenciales del evangelio bíblico

Un evangelio completo debe incluir, como mínimo, estos cinco elementos clave:

La santidad de Dios. Dios es santo, justo y perfecto. No puede pasar por alto el pecado ni tolerar la injusticia. (Isaías 6:3; Habacuc 1:13)

La pecaminosidad del hombre. El hombre ha pecado voluntariamente contra Dios. Está espiritualmente muerto, bajo condenación, y no puede salvarse a sí mismo. (Romanos 3:10-18, 23)

La persona y obra de Cristo. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, vivió sin pecado, murió en la cruz como sustituto de los pecadores, y resucitó. Su justicia es imputada a los que creen. (2 Corintios 5:21; Romanos 5:8)

El llamado al arrepentimiento y la fe. Dios llama a todos a abandonar el pecado y confiar únicamente en Cristo para salvación. Esto no es opcional, es un mandato. (Hechos 17:30; Marcos 8:34)

El resultado eterno. Quienes creen en Cristo reciben perdón, justicia y vida eterna. Quienes rechazan el evangelio permanecen bajo condenación. (Juan 3:36; Romanos 6:23)

Distorsiones comunes del evangelio

La Biblia advierte sobre los "otros evangelios" (Gálatas 1:6-9) que no tienen poder para salvar. Aquí algunas formas populares de distorsión:

Evangelio de la prosperidad. Promete riquezas y salud si tienes “fe suficiente”. Reduce a Dios a un medio para lograr tus fines.

Evangelio del esfuerzo humano. Insinúa que la salvación depende de tus obras, obediencia o decisiones.

Evangelio emocional. Apela a los sentimientos, sin confrontar el pecado ni exaltar la obra de Cristo.

Evangelio sin señorío de Cristo. Presenta a Jesús como Salvador, pero no como Señor. Promueve una “fe fácil” sin compromiso.

Todas estas formas son engañosas. Parecen buenas noticias, pero conducen a una falsa seguridad. Un evangelio sin cruz, sin santidad, y sin Cristo como centro, no es el evangelio de Dios.

El llamado urgente: arrepiéntete y cree en el evangelio.

Dios ahora manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan. (Hechos 17:30) El evangelio no es sólo una invitación: es un llamado a rendición total ante Cristo. Confiar en el evangelio implica reconocer: 1) Que no puedes salvarte a ti mismo. 2) Que necesitas a Cristo como sustituto y Señor. 3) Que dependes únicamente de su gracia, no de tus obras. El evangelio es poder de Dios para salvación (Romanos 1:16). Es la única esperanza para pecadores. Rechazarlo es rechazar la vida eterna.

Vuelve al evangelio verdadero

El evangelio no es un mensaje entre muchos. Es el mensaje central de la Biblia, la razón por la que Cristo vino al mundo. Si has creído un evangelio centrado en el hombre, hoy es el día para volver a la verdad. Cree en el Cristo crucificado y resucitado. Sométete a Él como Señor. Y predica ese mismo evangelio a otros, sin alterar su contenido ni suavizar sus demandas. “Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo…” (Gálatas 6:14)

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