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Cristo, el único mediador entre Dios y los hombres


En un mundo donde abundan diversas religiones, tradiciones y figuras que pretenden acercar al hombre a Dios, la Biblia afirma de manera categórica que solo hay un mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo.

El apóstol Pablo declara:

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:5–6).

 

Esta verdad central del evangelio confronta la falsa seguridad de quienes buscan otros intercesores y, al mismo tiempo, ofrece un consuelo profundo a los que han creído en Cristo.

La persona y la obra de Cristo como fundamento de su mediación

La mediación de Cristo descansa en dos pilares inseparables: quién es Él (su persona) y lo que ha hecho y hace (su obra).

1. La persona de Cristo: verdadero Dios y verdadero hombre

Como Dios, revela perfectamente al Padre (Juan 1:18) y tiene autoridad para otorgar vida eterna (Juan 5:21). Como hombre, comparte nuestra condición en todo, excepto en el pecado (Hebreos 2:17; 4:15). Unión hipostática: dos naturalezas (divina y humana) unidas en una sola Persona, sin confusión ni división (definición de Calcedonia).

Esto lo convierte en el único capaz de representar a Dios ante los hombres y a los hombres ante Dios.

2. La obra de Cristo: obediencia, cruz, resurrección e intercesión

Obediencia activa: cumplió la ley perfectamente (Mateo 3:15; Romanos 5:19). Obediencia pasiva: entregó su vida en la cruz como sacrificio expiatorio (Isaías 53:5; 1 Pedro 2:24). Resurrección: garantiza nuestra justificación (Romanos 4:25). Ascensión e intercesión: está sentado a la diestra de Dios, intercediendo por los suyos (Hebreos 7:25).

De esta manera, su obra consumada asegura que “puede salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios” (Hebreos 7:25).

Cristo como Profeta, Sacerdote y Rey

La mediación de Cristo se expresa en sus tres oficios principales, integrados en una misma obra redentora:

Cristo Profeta

Jesús es el cumplimiento de la promesa del profeta como Moisés (Deuteronomio 18:15; Hechos 3:22). Él es la revelación definitiva de Dios:

“Dios… en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1–2).

 

Hoy su voz continúa sonando a través de la Escritura.

Cristo Sacerdote

Él es nuestro Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec (Hebreos 5–7). Ofreció el sacrificio perfecto de sí mismo “una vez para siempre” (Hebreos 10:10). Intercede continuamente por los suyos (1 Juan 2:1; Romanos 8:34).

Esto asegura que no necesitamos otros sacrificios ni mediadores humanos: “Consumado es” (Juan 19:30).

Cristo Rey

Jesús reina como Señor sobre todas las cosas (Mateo 28:18). Su reino ya está en marcha (Colosenses 1:13), aunque espera su consumación gloriosa (Apocalipsis 19:16).

Como Rey, gobierna, protege a su pueblo y llevará a cabo la victoria final.

Mensaje pastoral y teológico

La mediación de Cristo no es solo una verdad teórica, sino una realidad que cambia la vida del creyente.

Acceso directo al Padre: ya no necesitamos sacerdotes humanos o rituales, pues Cristo abrió un camino nuevo y vivo (Hebreos 4:14–16; 10:19–22).

Seguridad en la salvación: su obra es perfecta y completa; nada necesita añadirse. Como afirma John MacArthur:

“La obra de Cristo como mediador es tan suficiente y final que cualquier intento de añadir otro mediador es un rechazo de la exclusividad del evangelio”.

 

Esperanza y perseverancia: porque vive para interceder, podemos estar seguros de que no seremos separados del amor de Dios (Romanos 8:34–39).

Objeciones y aclaraciones frecuentes

¿Podemos pedir oración a otros creyentes? Sí. La intercesión cristiana (1 Timoteo 2:1) es distinta: nos apoyamos unos a otros, pero no quitamos el lugar único de Cristo como mediador expiatorio.

¿María o los santos median por nosotros? No. La Biblia nunca les asigna ese rol. La mediación salvífica corresponde solo a Cristo (Hechos 4:12).

¿La iglesia o los sacramentos median la gracia? Son medios que Dios usa para aplicar la obra de Cristo, pero no son mediadores en sí mismos. La gracia fluye de Cristo, no de instituciones.

Llamado al evangelio

Si confías en rituales, santos, líderes religiosos o en tus propias obras para acercarte a Dios, la Escritura te llama a abandonar esas falsas seguridades y venir solo a Cristo.

El evangelio proclama: La reconciliación con Dios no se logra por méritos humanos. La salvación se recibe por la fe en el único mediador que entregó su vida en la cruz y resucitó para nuestra justificación (Romanos 4:25).

Conclusión

La doctrina de la mediación de Cristo es una verdad central del evangelio.

Nos da seguridad en nuestra salvación. Nos asegura acceso directo al Padre. Nos anima a vivir bajo su señorío como Profeta, Sacerdote y Rey.

Que cada creyente pueda afirmar con convicción:

“Jesucristo es mi único mediador”,

 

y vivir cada día con gratitud, confianza y obediencia a Aquel que dio su vida por nosotros.

📖 Pasajes clave: 1 Timoteo 2:5–6; Hebreos 2:17; 4:14–16; 7:25; 9:11–15; Juan 14:6; Hechos 4:12; Romanos 4:25; 8:34–39.

📚 Lecturas recomendadas:
John MacArthur & Richard Mayhue, Teología Sistemática.
Wayne Grudem, Teología Sistemática.
Donald MacLeod, La Persona de Cristo.
J. I. Packer, Conocer a Dios.

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