John MacArthur ha ascendido a la gloria. ¡Bendito sea el Señor!


En la soberanía y providencia de Dios, el pastor y maestro John MacArthur ha sido llamado a la presencia gloriosa del Señor Jesucristo. Con gratitud, reverencia y esperanza, la Iglesia de Cristo en todo el mundo —especialmente quienes han sido profundamente edificados por su ministerio fiel— reconoce que ha partido uno de los siervos más firmes, valientes y fructíferos de nuestra generación. Su vida, completamente entregada al evangelio y a la iglesia, ha dejado una huella imborrable en el cristianismo contemporáneo.

Un ministerio nacido del llamado divino

La historia del ministerio pastoral de John MacArthur comienza en el año 1969, cuando asumió el pastorado de Grace Community Church en Sun Valley, California. Desde el púlpito de esta iglesia, MacArthur predicó con fidelidad la Palabra de Dios por más de cinco décadas, versículo por versículo, libro por libro, sin concesiones, con absoluta confianza en la suficiencia de las Escrituras.

Su enfoque expositivo no era una mera preferencia estilística, sino una convicción doctrinal profundamente arraigada. Para MacArthur, la Biblia debía ser interpretada de manera histórica, gramatical y literal, permitiendo que el texto dijera lo que Dios quiso decir, sin añadir ni quitar. Esta forma de enseñar la Palabra se convirtió en el distintivo de su ministerio, marcando a miles de pastores, líderes y creyentes alrededor del mundo.

Durante su tiempo en Grace Church, MacArthur predicó más de 3.000 sermones, los cuales hoy están disponibles gratuitamente, siendo una fuente inagotable de alimento espiritual. Su fidelidad pastoral, tanto en la enseñanza como en el cuidado del rebaño local, es un modelo para las generaciones venideras.

Fundador de The Master’s Seminary: formando hombres para el púlpito

En 1986, consciente de la necesidad urgente de preparar pastores que predicaran con fidelidad bíblica, MacArthur fundó The Master's Seminary (TMS). Este seminario fue concebido con una visión clara: entrenar hombres en la predicación expositiva, en la sana doctrina y en la piedad personal, con un fuerte compromiso con la autoridad absoluta de las Escrituras.

A diferencia de muchas instituciones académicas que han cedido ante la presión del liberalismo teológico o del pragmatismo eclesial, The Master's Seminary se mantuvo firme bajo la dirección y el legado de MacArthur. Generaciones de predicadores fueron enviados desde ese lugar a diversos países, llevando consigo la firme convicción de que solo la Palabra de Dios puede transformar vidas y edificar la Iglesia.

El lema de TMS, "Entrenamos a los hombres como si las vidas dependieran de ello, porque así es", resume bien la pasión de MacArthur por la predicación bíblica: no es un ejercicio intelectual ni una simple exposición, sino un asunto de vida o muerte.

Gracia a Vosotros: una voz fiel en español

Aunque John MacArthur nunca predicó en español, su amor por los creyentes de habla hispana se manifestó de manera contundente con la creación del ministerio Gracia a Vosotros. Esta extensión de su ministerio sirvió para inundar Hispanoamérica con sana doctrina, traduciendo y distribuyendo sus sermones, libros, artículos y recursos con un estándar de excelencia y fidelidad teológica que pocos han alcanzado.

Por medio de este ministerio, innumerables pastores y creyentes en países como México, Colombia, Argentina, Chile, Perú y toda Centroamérica han sido confrontados con la verdad de Dios. En una época en la que el evangelicalismo hispano ha sido contaminado por el emocionalismo, el legalismo o el evangelio de la prosperidad, Gracia a Vosotros se ha convertido en un faro de luz y claridad bíblica, gracias a la enseñanza de un hombre que amaba profundamente la verdad.

Su legado en el mundo hispano es valiosísimo. Aunque no hablaba nuestro idioma, su mensaje —el evangelio eterno de Jesucristo— fue proclamado con tal claridad y coherencia, que trascendió toda barrera cultural y lingüística. El mismo Espíritu que inspiró las Escrituras bendijo su predicación para llevarla con poder a los rincones más recónditos de nuestra América Latina.

Valor, sabiduría y fidelidad: un testimonio a imitar

John MacArthur será recordado, entre muchas cosas, por su valentía inquebrantable al predicar el evangelio sin compromisos. No temía decir la verdad en amor, aun cuando esto significara oposición, censura o rechazo. En momentos críticos de la historia reciente —como durante la pandemia mundial de COVID-19 o frente a los embates ideológicos contra la familia, el género o la autoridad bíblica— MacArthur alzó su voz con sabiduría y firmeza.

Su posición no era política, sino profundamente teológica: Cristo es el Señor de la Iglesia, y solo Su Palabra rige lo que la Iglesia debe ser y hacer. Su ministerio fue una protesta silenciosa pero poderosa contra el pragmatismo, el misticismo y el liberalismo teológico que han debilitado tanto a la Iglesia evangélica moderna.

A pesar de su firmeza doctrinal, quienes lo conocieron de cerca testifican de su humildad, amabilidad y piedad personal. Su vida privada respaldaba su predicación pública. Fue un esposo fiel, un padre amoroso, un abuelo tierno, y sobre todo, un siervo leal del Señor Jesucristo.

Una influencia que trasciende generaciones

A lo largo de su vida, MacArthur escribió decenas de libros que hoy son herramientas indispensables para pastores, maestros y cristianos comunes. Su comentario del Nuevo Testamento, su libro Doctrina: lo que todo cristiano debe creer, La verdad sobre la gracia, Avergonzados del evangelio, y su monumental Biblia de estudio MacArthur, son solo una muestra de su inmenso legado teológico y pastoral.

Muchos lo consideran el predicador expositivo más influyente del siglo XXI, y no sin razón. Dios le concedió una claridad extraordinaria, una memoria asombrosa, una disciplina constante, y una pasión inquebrantable por la gloria de Cristo. Su vida ha sido una bendición para millones de personas en todos los continentes, y su obra continuará impactando vidas hasta que Cristo regrese.

El mensaje final: Cristo es todo

En todos sus años de ministerio, MacArthur jamás permitió que el enfoque estuviera en él mismo. Su único deseo era exaltar a Cristo, proclamar Su evangelio, y enseñar a los creyentes a confiar únicamente en la Palabra de Dios. Su teología era robusta, pero siempre centrada en la gloria del Redentor.

En uno de sus últimos mensajes, afirmó: “Mi vida ha sido predicar a Cristo, y no cambiaría nada. Estoy listo para irme cuando el Señor quiera llamarme. Lo que viene es infinitamente mejor”. Esa esperanza —la esperanza de la gloria— fue la que sostuvo su alma hasta el final.

Hoy, los que quedamos damos gracias a Dios por su vida. Aunque lloramos su partida, celebramos su entrada triunfal en la presencia del Señor, donde ha escuchado las palabras que todos anhelamos oír: “Bien, buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:21).

Un llamado a la Iglesia: seguir el ejemplo

La vida de John MacArthur nos deja un llamado urgente: volver a la Palabra, volver a la centralidad de Cristo, volver a la predicación expositiva y a la piedad personal. No necesitamos inventar nuevos métodos, sino regresar a las sendas antiguas, donde la Biblia es suficiente, el evangelio es poder de Dios, y la Iglesia es columna y baluarte de la verdad.

El mejor homenaje que podemos rendir a este siervo fiel no es admirarlo, sino imitar su fe (Hebreos 13:7), su fidelidad, su amor por Cristo y su celo por la verdad. Que Dios levante muchos más como él antes de la segunda venida de Jesucristo.

Enlaces de interés:

Iglesia Grace Community Church en español

Seminario The Master´s Seminary en español

Ministerio en español Gracia a Vosotros

No hay comentarios.:

Publicar un comentario