«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar al mundo [la primera vez], sino para que el mundo sea salvo por Él. El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y este es el juicio: que la Luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz para que sus acciones no sean expuestas. Pero el que practica la verdad viene a la Luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios». (Evangelio de Juan 3:16-21)
Él viene con las nubes, y todo ojo lo verá [la segunda vez], aun los que lo traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él. Sí. Amén. (Apocalipsis 1:7)
Por eso, también ustedes estén preparados, porque a la hora que no piensan vendrá el Hijo del Hombre [la segunda vez]. (Evangelio de Mateo 24:44)
»No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí. En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez [la segunda vez] y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también. (Evangelio de Juan 14:1-3)
He aquí yo vengo pronto [la segunda vez], y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. (Apocalipsis 22:12)